27 de abril de 2011

Me has enseñado tú...

Todos los que me conocéis os lleváis de mí una mala primera impresión, y no me extraña. Yo misma lo reconozco, llego a ser repugnante... pero no puedo evitarlo, soy así (no digo que esté bien o esté mal, simplemente pues está)

Me has enseñado tú... las malas contestaciones, las verdades tan directas que duelen, el poco tacto al hablar. La cara de indiferencia cuando algo no me interesa, las respuestas tajantes cuando no tengo ganas de contestar.

La cara de asco cuando no me gusta lo que escucho, las malas palabras como medio de comunicación; a darme media vuelta y dar la espalda cuando no estoy conforme, a irme de un sitio sin dar tiempo a que me repliquen. Los portazos que sentencian como si de un juicio se tratara.

Y a veces me pesa... Me pesa mucho ser así; ya no solo por lo que opina la gente porque eso, como a ti, me da igual. Me pesa porque a veces me transformo en quien no quiero ser, en esa persona antipática, seria, desinteresada por no decir pasota. Que todo me da igual, que no me importa tu vida. Díselo a la mano.

Me has enseñado tú... tantas cosas que no puedo agradecértelas porque, además, no son de agradecer... Confórmate con que ponga en práctica el ejemplo con el que predicas. Pero, por favor, no te quejes. Soy el resultado de todo lo que he vivido.

 

Me has enseñado tú... tú has sido mi maestro para hacer sufrir. 
Si alguna vez fui mala, lo aprendí de ti. 
No digas que no entiendes cómo puedo ser así. 
Si te estoy haciendo daño... lo aprendí de ti.

2 comentarios:

  1. Las primeras impresiones que se llevan de mí tampoco son buenas... creo que eso es mejor que lo contrario.

    ResponderEliminar
  2. Bueno... al fin y al cabo solo son eso: impresiones. Besitos!

    ResponderEliminar