23 de abril de 2011

Sin rosas en Sant Jordi

Nunca voy a olvidar el primer Sant Jordi que pasamos juntos. O separados. Separados pero unidos.


Recuerdo que esa noche alguien nos despertó para decirnos que quería descansar.


No hubo una rosa, no, pero hubo flores, y todas fueron para ella. 


Para ella, que desde entonces solo descansa y vela por ti, que te cuida y te ilumina.

¿Y sabes qué? No me importa que no me regales rosas, porque día a día me regalas tu sonrisa. Pero un año sin la suya es mucho tiempo.

Y aunque tú no puedas verla, sabes que ella te vigila. Ya te lo dije una vez, pero hoy te lo repito: que la próxima vez que vayamos a ver las estrellas, ella también nos estará mirando... y nos guiñará un ojo.


Y sí, puede que hoy tus lágrimas se confundan con esta lluvia a la que no estás acostumbrado. Pero creo que es su forma de limpiarte las mejillas, y darte un beso en cada una.


Un Sant Jordi sin rosa ni Rosalina no es un Sant Jordi... es un día como otro cualquiera, que yo pienso aprovechar para hacer aquello que tanto me gusta: quererte.



Quérote, Charlie.
Bota un pouquiño máis, e chora...





2 comentarios:

  1. Precioso, desde el corazón, como tendrían que ser todas las cosas. Un beso enorme.
    Laura

    ResponderEliminar
  2. isasaweis blogs, por ahí he llegado :)(creo, sino te han hecho un RT! jeje).
    como escritora que tiene otro blog a parte del de maquillaje, te lo dejo, que me hace ilusión :) http://eastqueen.wordpress.com

    un bsito bonita!

    ResponderEliminar